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2020

EN TIEMPOS DE PANDEMIA, CONVIRTAMOS LA JORNADA DE LUCHA ANTIIMPERIALISTA EN UNA MOVILIZACIÓN EN DEFENSA DE UNA VIDA DIGNA

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La crisis provocada por la expansión del COVID-19 por todo el planeta está teniendo consecuencias que van más allá de los miles de personas directamente afectadas por el contagio del coronavirus. Además de los impactos en cotidianidad y las formas de vida de la mayoría de la población, la economía internacional ha sufrido un fuerte revés. Esta situación ha puesto de manifiesto la debilidad de una sociedad construida sobre los intereses del capital que ha desmantelado los instrumentos de protección social y de forma especial la salud pública.

En el llamado "primer mundo" – construido sobre la base de la desregulación del mercado y de la economía – el capital antepone sus intereses a los de la vida digna de las y los trabajadores, a los de la mayoría social. En África, Asia y América Latina - donde los regímenes de austeridad y los programas de ajuste estructural del FMI han desmantelado las instituciones sociales - se viene destruyendo la vida social, dejando los pueblos vulnerables a las catástrofes climáticas, financieras y a las pandemias.

Ante las consecuencias dramáticas de un posible contagio generalizado a millones de personas, estamos ante una emergencia humanitaria internacional. En la cual es fundamental que todas las fuerzas antiimperialistas tomemos posición y hagamos un intenso debate de ideas sobre las salidas posibles para esa situación.

En este contexto, las organizaciones sociales y políticas que vienen articulándose desde 2019 para convocar la Jornada Internacional de Lucha contra el Imperialismo en 2020, hacemos un llamamiento para que esta movilización se convierta en una lucha en contra el intento del sistema financiero internacional, la banca y el gran capital para que seamos las clases trabajadoras, las capas populares y los sectores más desprotegidos de la sociedad quienes panguemos las consecuencias de esta crisis, tal y como ya ocurrió en la crisis de 2008.

En consecuencia:

  1. Exigimos que se pongan todos los recursos públicos y privados al servicio de controlar y paliar los efectos de esta pandemia con una especial atención a las personas más vulnerables

  2. Exigimos que los gobiernos y organizaciones internacionales hagan un recorte inmediato de los inmensos gastos militares que sostienen un sistema de seguridad diseñado para la defensa de élites privilegiadas sobre la base de alianzas militares como la OTAN o el despliegue de bases militares en todos los continentes y con un arsenal nuclear con capacidad para destruir el planeta varias veces.

  3. Al mismo tiempo que se recortan gastos militares planteamos que se construya un sistema de seguridad humana que invierta todos los recursos del planeta en defensa de la vida digna, con un aumento significativo del gasto social para poder dar respuesta a la actual emergencia humanitaria.

  4. Convocamos a defender el fortalecimiento de los instrumentos de protección social, de forma especial la salud pública, que las políticas neoliberales están socavando desde hace décadas.

  5. Llamamos a la solidaridad con todas y todos los trabajadores de la salud que están poniendo sus vidas en riesgo para salvar a miles de enfermos víctimas del covid19 y de la falta de inversión estatal en salud pública y universal.

  6. Llamamos a la defensa de la vida digna con derecho al trabajo y a derechos laborales, frente al intento del capital de que las consecuencias de la crisis sanitaria tengan efectos en forma de despidos, desahucios, recortes salariales, etc.

  7. Llamamos al cese de las criminales sanciones unilaterales que aplica el gobierno de los Estados Unidos contra más de cincuenta países - en especial Irán, Cuba y Venezuela -, y que tienen impactos directos y crueles sobre los sistemas de salud de esos países, impidiendo la llegada de medicamentos y suministros hospitalarios, causando miles de muertes que podrían ser evitadas.

  8. Por fin, llamamos a la construcción de la solidaridad y del internacionalismo entre todos los pueblos del mundo, porque en tiempos de una crisis humanitaria internacional de tal magnitud, es fundamental que la solidaridad, la cooperación y la complementariedad sean los valores dominantes en las relaciones humanas y entre Estados.

Sobre todo, queremos poner de manifiesto que las consecuencias que empieza a tener la actual situación de emergencia mundial nos plantean la necesidad de construir un proyecto de nueva sociedad desde bases solidarias que configuren una comunidad internacional que ponga todos los recursos del planeta a favor de alcanzar un mundo más justo, más libre, más igualitario. Llamamos a conformar en los próximos meses una gran marea solidaria porque sabemos que en nuestra movilización radica nuestra fuerza.

¡UNAMOS NUESTRAS ESPERANZAS PARA CONSTRUIR UN MUNDO DONDE TODAS Y TODOS VIVAMOS DIGNAMENTE!